martes, 18 de agosto de 2009

FUNDAMENTOS DE LA RECREACIÓN

INTRODUCCIÓN

Las vivencias, experiencias y satisfacciones de los usuarios de los servicios de recreación son el fundamento de la labor del recreador, por cuanto suscitan nuevas formas de definir y afrontar un proyecto de vida y de afrontar o modificar su realidad. Es indudable la importancia que adquiere el enriquecimiento personal y profesional de quien asume esta labor, lo que conlleva a la cualificación y al posicionamiento de la misma y, a su vez, de la recreación como medio para el desarrollo humano y social.

El módulo de FUNDAMENTOS DE LA RECREACIÓN pretende brindar al recreador los conceptos y las herramientas básicas que contribuyan de manera efectiva a hacer realidad en la práctica los planteamientos anteriores. A través del módulo intentaremos dar respuesta a los interrogantes surgidos al respecto, de manera tal que el acopio de conocimientos y vivencias sirva a los propósitos profesionales y operacionales en su campo de acción.

Iniciaremos tratando de clarificar los conceptos básicos y las tendencias actuales de la recreación, reconociendo sus valores y alcances como disciplina y como actividad significativa dentro del desarrollo de la humanidad, lo cual nos ubicará directamente sobre el qué hacemos y su razón de ser.

Es necesario, en tal sentido, enfocar a la recreación desde la perspectiva de los beneficios que aporta en el desarrollo de las distintas dimensiones humanas y, por consiguiente, en el de la integralidad personal, lo que, una vez llevado a la conciencia, permita fijar nuevos lineamientos hacia la consecución de mejores niveles en la calidad de vida del ser.

Abordaremos las principales estrategias definidas en el PLAN NACIONAL DE RECREACIÓN para la planeación y ejecución de programas lúdico-recreativos, con el propósito de adentrarnos paulatinamente en el trabajo de campo.

El capítulo sobre Pedagogía del Ocio aportará nociones, estrategias y experiencias importantes para el trabajo directo del recreador en su ejercicio como instructor y motivador de actividades y procesos. Nos conduce a un recorrido por algunas de las técnicas e instrumentos más usuales para el desarrollo de actividades lúdico-recreativas y que tienen, entre otras, la finalidad de trascender al simple acto recreativo (con qué y para qué) y nos plantean la necesidad de educar en, mediante y para el ocio

1. OBJETIVOS

· Del módulo

Cualificar el talento humano participante del programa con respecto a la apropiación de los fundamentos de la recreación, tal que sean asumidos de manera consciente en el diseño de actividades y programas recreativos que generen beneficios significativos y contribuyan a cimentar una cultura de la recreación en los beneficiarios.

· General

Brindar los conceptos y elementos metodológicos fundamentales de la recreación, definiendo sus características y componentes particulares, de tal forma que su apropiación permita definir propósitos claros en la formulación e implementación de actividades y programas recreativos de impacto.

· Específicos

Los participantes estarán en capacidad de:

o Identificar los conceptos fundamentales de recreación, ocio y tiempo libre desde sus características, propósitos y componentes específicos.

o Identificar y analizar los conceptos y características de las tendencias actuales en Recreación Social, Pedagogía Lúdica y juego desde la perspectiva del desarrollo humano.

o Brindar las herramientas y estrategias básicas adecuadas de la Pedagogía Lúdica con miras a su aplicación práctica en el diseño y desarrollo de actividades y programas lúdico-recreativos.

o Propiciar la reflexión colectiva y la comprensión individual respecto al papel de la lúdica como instrumento para el desarrollo de la capacidad creativa.

o Fomentar el desarrollo e implementación de técnicas de pensamiento y procesos de reflexión-creación de carácter lúdico a partir de la vivencia de los fenómenos sociales y las expresiones artísticas y culturales de manera que sean aplicables a la solución de conflictos de la realidad inmediata.

o Ofrecer los conceptos básicos a fin de comprender a la recreación como un sistema que requiere para su funcionalidad de un método apropiado de planeación y ejecución para garantizar sus propósitos finales.

2. METODOLOGÍA

A partir de la lectura previa de los materiales de apoyo entregados a los estudiantes, se profundizará en cada unos de los temas propuestos, de tal manera que el encuentro permita la conjugación de las propuestas teóricas con las vivencias de cada participante.

Si bien es cierto que la primera parte de la sesión se desarrollará de manera magistral, en el desarrollo temático se hará aplicación de recursos, instrumentos y estrategias propios de la Pedagogía Lúdica con el fin de que el participante los vaya reconociendo y apropiando como complemento y práctica de los contenidos del eje temático correspondiente.

Las lecturas son requisito indispensable para la preparación del módulo y a la vez son tomadas como materiales de apoyo para el desarrollo de los trabajos de aplicación y evaluación, en los cuales se privilegiará el trabajo en grupos: una vez logrado el reconocimiento de cada uno de los componentes temáticos, de su respectiva identificación y análisis, se desarrollará una sesión de trabajo de aplicación conducente a la resolución de problemas o situaciones puntuales que permitan, mediante la implementación de estrategias lúdicas, la ampliación de los conocimientos y de la capacidad de relación y expresión, así como el desarrollo de aptitudes y potencialidades de manera creativa.

De allí surgirá un producto específico (informe) resultante de la capacidad analítico-creadora de los participantes donde se haga manifiesta una clara relación entre la teoría y su aplicación práctica en la resolución de problemas concretos.

En el desarrollo de los temas se otorgará suma importancia a los saberes y experiencias individuales de los participantes como puntos de análisis, rescatando y promoviendo su utilización como estrategia e incorporándolos al proceso con las debidas orientaciones, si son requeridas.

De otra parte, se considerará como criterio de evaluación, en el aspecto individual, la disposición y el interés del participante hacia el tema desarrollado, su grado de participación, entusiasmo, espontaneidad, seguridad y sentido de pertenencia con respecto a su labor.

3. OCIO, TIEMPO LIBRE Y RECREACION

3.1. RESEÑA HISTORICA

El proceso de hominización se caracteriza y se fundamenta por la interacción del individuo sobre el medio como estrategia obligatoria de supervivencia, lo que implica un reconocimiento de sus potencialidades. Si bien es cierto que en las primeras etapas tal interacción no es plenamente consciente, más bien intuitiva, no por ello deja de ser una experiencia enriquecedora de sus habilidades naturales. El carácter gregario del individuo se hace más evidente al desarrollar una concepción comunitaria de la vida social y productiva. En este accionar de compartir las actividades y los beneficios de la misma, se va cohesionando paulatinamente el grupo surgiendo la normatividad como agente regulador de las relaciones, sin implicar necesariamente la jerarquización ni la especialización.

En este ámbito, el tiempo libre como tal no se da, pues el reconocimiento de la naturaleza y su adaptación o transformación son igualmente actividades productivas. Más aún, las manifestaciones recreativas, como los ritos y ceremonias, responden a la necesidad de interactuar sobre los elementos; así mismo, la cultura material responde a criterios de utilidad, si bien que, combinados con lo estético, lo artístico. En este plano, la actividad productiva se combina con la capacidad creativa.

El surgimiento de la diferenciación social y la propiedad privada da paso al modo de producción esclavista donde se pone de manifiesto la diferencia entre el tiempo dedicado al trabajo y el dedicado al ocio, asumido o disfrutado según la condición de esclavo o de amo. La especialización de tareas entre la población libre da paso igualmente a la concepción del tiempo de descanso (compensador), no necesariamente tiempo de ocio.

Es en las sociedades mediterráneas, Griega y Romana, donde el tiempo de ocio es verdaderamente aprovechado para el desarrollo individual y la realización personal. En Grecia, el tiempo de ocio es destinado a la contemplación creadora del espíritu generando manifestaciones artísticas y científicas y planteamientos filosóficos. El ocio adquiere la propiedad de un medio para el enriquecimiento físico y espiritual.

En la sociedad romana, a diferencia, el ocio es considerado como un medio compensador de las energías para el trabajo. Ocio se identifica con tiempo libre; negocio (nec-otium = negación del ocio) es tiempo ocupado. Ese tiempo de descanso es ocupado en entretención o diversión que distrae de la obligación laboral y que en muy pocas ocasiones enriquece verdaderamente el espíritu. Las peleas de los gladiadores o los sacrificios de cristianos frente a los leones no se pueden considerar de ninguna manera como “diversión constructiva” (ni más faltaba!).

Con la caída del Imperio Romano de occidente (siglo V ) se da paso al modo de producción feudal donde persiste la diferenciación social basada en las relaciones de servidumbre y vasallaje, surgiendo una clase de terratenientes que, para nuestro tema, darán un enfoque particular a la concepción del ocio. El ocio es privilegio de la clase que no requiere desempeñar una labor productiva -indigna, por demás-, es ostentoso; las actividades recreativas como el deporte y la caza otorgan reconocimiento social. Para la clase trabajadora, los siervos, el tiempo de ocio es efímero y es dedicado a cohesionar la familia. Durante esta etapa surgen personajes como el bufón y el juglar quienes ofrecen diversión popular y en no pocos casos tendrán el privilegio de actuar en las cortes.

La burguesía de las ciudades empleará su poder económico para ganar prestigio mediante la realización de fiestas, bailes y festivales que incluyen la danza y el teatro y, ya entrando el Renacimiento, a través del patrocinio a los artistas, escritores e inventores, siguiendo en este último caso un criterio de utilidad. Para entonces, y según su apreciación, el tiempo de ocio debe ser igualmente productivo (reviviendo a su manera el ideal griego).

Con el surgimiento de la Reforma Protestante se modifica radicalmente la concepción del ocio considerando censurables y acusables las manifestaciones recreativas y se dignifica de tal manera el trabajo, que las actividades de ocio son estigmatizadas como libertinaje y por consiguiente “condenables”.

El fenómeno de la industrialización en la sociedad Moderna le ha dado al ocio una concepción netamente compensadora y ello se demuestra en el afán de los trabajadores por lograr concesiones que disminuyan el tiempo laboral y por consiguiente aumente el tiempo de descanso. Sin embargo, esta apreciación en términos cuantitativos no se traduce en aprovechamiento cualitativo. Lo que importa no es el ocio sino el no trabajo. De tal manera, si en las etapas anteriores el ocio tenía un contenido y un significado, para ésta es espacio vacío que poco contribuye a la humanización del individuo. De allí que en los últimos tiempos haya surgido la industria de la entretención con la finalidad de otorgarle sentido y calidad al tiempo libre.

3.2. ¿CÓMO DEFINIMOS EL OCIO?

La noción (idea vaga) de Recreación, en su sentido más general, está asociada a términos subjetivos y opiniones fundamentadas en el interés o la experiencia de quien la asume, pudiéndose considerar por ello como una actividad, un sistema, una idea, el jugar, el divertirse, el hacer deporte competitivo, toda entretención, etc. Concepciones fragmentarias que no abarcan la totalidad del fenómeno. Ante la dificultad de conceptualizar sobre un objeto tan amplio, es necesario relacionarlo con sus componentes, buscando por lo menos definir su razón de ser. Su fundamento.

Tocaremos como punto de partida el carácter liberador del ocio, concepción antagonista con el puritanismo que consideraba al trabajo como el único y exclusivo elemento liberador. El centro del problema es el trabajo; éste, en cualquier modelo político a partir de la industrialización, posee como característica a la alienación o conduce a ella: el obrero realiza tareas fragmentarias siendo el eslabón de una cadena mecánica donde el producto no tiene relación con él, generándose cierta servidumbre sicológica difícil de sobrellevar. Por esto se busca en el no trabajo un sentido distinto, un significado a la existencia.

En términos marxistas, la alienación se define como el acto en que el mundo de las cosas producidas por el hombre penetra en su propio interior haciéndole perder sus características humanas. Para la sicología social, por lo mismo, el trabajo deja de ser un fin en sí mismo, un acto libre, para transformarse en sólo un medio y ser vivenciado como obligación, yugo, monotonía, fatiga y aburrimiento. Así el hombre se empobrece sicológicamente, humanamente, en vez de desarrollarse y ampliar su yo y su conciencia. Se deteriora su posibilidad de comunicación, de aprendizaje, de creatividad (por el carácter repetitivo del trabajo).

Por otro lado, el consumo es también factor alienante. considerándolo como un acto en el cual no participan nuestras necesidades reales sino que obedece a condicionamientos externos como la ostentación, la apariencia o la moda. El dinero como producto del trabajo otorga al individuo el poder para adquirir cosas, independientemente de que las utilice o no. O que las utilice mal. El tiempo libre es igualmente una mercancía que se adquiere o que se acumula para ser consumida, gastada hasta su agotamiento, como preparación para afrontar nuevos momentos de obligaciones (las vacaciones, por ejemplo).

Si identificásemos al tiempo libre como tiempo de no trabajo, incurriríamos en notable contradicción por cuanto éste último se manifiesta como resultado de una necesidad de desprenderse de una obligación para ser disfrutado; responde a la necesidad de contrarrestar el cansancio o el aburrimiento del trabajo y, al ser necesario, no puede considerársele libre. Sería simplemente tiempo “liberado de...” (obligaciones); tiempo hetero-condicionado (condicionado por otro), pues la libertad supone la anulación de la necesidad. Para que el ocio adquiera el carácter de liberatorio, no sólo debe anular la obligación primaria sino también los efectos de dicha obligación: el trabajo es la obligación, el cansancio, el aburrimiento, el estrés, son los efectos de la misma. El tiempo libre será tal en tanto posibilite la elección –igualmente libre- de utilizarlo “para...” (algo), sin responder más que a auto-condicionamientos.

Las funciones del ocio, según Jean Dumazedier, estudioso del tema, deben ser:

Descanso, en cuanto libera de la fatiga laboral.

Diversión, por cuanto libera del aburrimiento y la monotonía, re-equilibrando al individuo frente a sus obligaciones.

Desarrollo de la personalidad, en tanto posibilita una mayor participación social y cultural desinteresada.

Esta última función supone una verdadera disponibilidad del individuo para sí mismo, condición esencial para su socialización. A partir de esta trilogía que implica conocimiento, placidez y desarrollo, se reconoce la recreación como un componente vital parta la formación del ser humano y a través de la cual se satisfacen necesidades de distensión, disfrute y crecimiento personal. En consecuencia, todo aquello que permita o estimule el desarrollo del hombre como totalidad, merece el calificativo de recreativo.

Aunque la recreación se puede lograr por medio de actividades, no es posible identificarla plenamente con ellas, puesto que éstas son solo medios que le permiten al individuo reconocerse y tomar decisiones. El carácter recreativo lo confiere el hombre mismo cuando, a través de ellos (los medios), se recrea, es decir, cuando la participación o práctica de una actividad cuenta con la actitud receptiva, positiva y transformadora que produce una verdadera satisfacción, para el disfrute pleno de la vida, la alegría, la fe, la confianza, la solidaridad, la auto-realización, el deseo de superación y otros valores.

De esta manera, se puede afirmar que nos recreamos cuando hemos logrado sustraernos de lo habitual o rutinario, descubriendo en las cosas un nuevo sentido. Nos recreamos con el diálogo sincero, en la verdadera amistad, con la lectura o re-lectura de un libro; en la contemplación de la naturaleza, cuando variamos o encontramos algo nuevo en lo que hacemos a diario, en la clase, en el trabajo, nos recreamos.

Se hace necesario insistir en la recreación como medio y no como fin último. Como medio, ayuda a orientar la vida y contribuye al desarrollo del carácter y estructuración de la personalidad, pues a través de las actividades recreativas se logra un equilibrio entre lo que se es y lo que se quiere ser. Su influencia es grande y va mas allá de la búsqueda de alegría, placer, distracción, calma, creación, factores que proporcionan un renovado impulso para volver a encontrarse en aquello que puede ser fundamental para la vida de cada uno, como lo es el trabajo, a través del cual realizamos lo que más nos gusta y nos permite crecer individual y colectivamente en la reciprocidad con los demás, asumiendo en la práctica con carácter recreativo. Re-crear (volver a crear), resume toda la filosofía de la recreación.[1]

De otra parte, podemos identificar, según el mismo autor, las características del ocio:

Es liberatorio, en tanto es el resultado de una libre elección y porque libera de obligaciones.

Es hedonístico, en tanto busca el placer, la satisfacción como fin.

Es desinteresado: no está sometido a ningún fin lucrativo o utilitario.

Es personal: atiende a necesidades individuales auto- condicionadas.

A esta altura y, partiendo de los elementos, funciones y características del ocio expresadas anteriormente, la RECREACION la podemos concebir como el conjunto de actividades que conllevan al descanso, a la diversión y a la formación personal y social del individuo, fomentando su capacidad creadora de manera libre y espontánea.

4. TENDENCIAS ACTUALES DE LA RECREACIÓN

A continuación esbozaremos las principales características de las tendencias, modelos de acción o enfoques de la recreación más usuales con el propósito de que sirvan como punto de partida para una discusión más amplia, de forma que nos permita definir con mayor claridad sus alcances y beneficios con miras al diseño apropiado de los programas lúdico-recreativos.

4.1. EL RECREACIONISMO

Enfatiza en el carácter netamente compensatorio de la recreación en cuanto otorga singular importancia a las actividades desarrolladas en el tiempo de no trabajo, las cuales hacen las veces de factor re-equilibrante y regenerativo del estado anímico y físico de las personas involucradas. De tal forma, el tipo de actividades es lo de menos, pues éstas tienen el carácter de aleatorias –en ocasiones desordenadas- e individualistas y a través de ellas -o en ellas-, se pretende que se dé cierto grado de sociabilidad sin más condiciones que el disfrute del conjunto en masa. De lo que se trata en últimas es de ocupar el tiempo no ocupado laboralmente, trátese de los momentos después de la jornada, el día libre o las vacaciones. Por ello, quienes dirigen u organizan –desde afuera- este tipo de actividades son “oficiantes” del ejercicio físico o recreadores empíricos que, si bien es cierto, en ocasiones planean sus programas y rutinas, ellas están lejos de cumplir con las funciones que definimos con anterioridad.

Este modelo de acción, desafortunadamente el de más arraigo en nuestro medio, se corresponde con el sistema socio-económico imperante, por cuanto en él no media ni interviene la reflexión, el cuestionamiento o la trascendencia humanista de lo realizado más allá del divertimento; más bien, de lo que se trata es de perpetuar –y aceptar- el estado de cosas. Los casinos y gimnasios de las empresas sirven a la medida a tales propósitos.

4.2. LA ANIMACIÓN SOCIO-CULTURAL (A.S.C.)

Este modelo tiene sus raíces en las corrientes sociológicas de los años 50 y se fundamenta básicamente en la Educación Popular y en la participación social como motor de transformación; por lo tanto, se enfoca hacia el cambio de actitudes en las personas y hacia su participación dentro de la dinámica social, de manera consciente. De allí que las acciones del animador socio-cultural pretendan la modificación, la generación, la reflexión o la toma de conciencia acerca de los valores sociales o institucionales, afirmando en la crítica el carácter de modelo contra-funcional (inconformismo, antes que pasiva aceptación). El sentido educativo y formador de este enfoque se refleja igualmente en el método de trabajo, en cuanto permite que el conjunto de acciones sea influido o dependa de los intereses de los participantes, fomentando el acuerdo y el trabajo grupal. Difiere del anterior en cuanto a que, en aquel, la intervención de los participantes en la planeación y el desarrollo de la actividad es mínima o nula; por otra parte, la diversidad de actividades de la A.S.C. abarca otros campos como las prácticas deportivas, culturales, artísticas o de socialización

En este modelo podemos observar, además del carácter compensatorio de la actividad recreativa, el componente liberatorio en cuanto posibilita la elección personal y, lo social y hedonístico, referido a una diversión elaborada y compartida al interior del colectivo, más consecuente con las funciones y características del ocio ya descritas, a diferencia del carácter individualista del recreacionismo; así mismo, los animadores, ya sean empíricos, voluntarios o formados en la academia, tienen muy en claro los anteriores fundamentos.

4.3. LA RECREACIÓN EDUCATIVA

La finalidad de la educación, en sentido general, es la formación del individuo en todas sus dimensiones, intelectual, física, social, cultural, afectiva, tal que pueda integrarse adecuadamente a la vida futura. Sin embargo, tradicionalmente ha sido fraccionada dándose énfasis a uno u otro aspecto, hasta llegar a reducirse a la formación para el tiempo ocupado, para el trabajo (entendido como “empleo”), más que para el individuo en sí o para la vida misma, perpetuando la reproducción del sistema con sus concebidas desigualdades.

Muy pocas son las instituciones educativas que pretenden modificar el sistema a partir de la toma de conciencia de los participantes posibilitando el surgimiento de protagonistas de dicho cambio; las políticas educativas en nuestro medio actual lo hacen casi imposible y, la educación así vista, carece del carácter liberador que debe poseer y pierde su fundamento original, dando cada vez menos respuesta al desarrollo social, a los cambios tecnológicos o a la humanización del hombre.

Si la educación pretende fomentar en el individuo la intencionalidad crítica y modificadora de la realidad, deberá replantear sus estrategias brindando los espacios necesarios para la reflexión, la creación y el compromiso. Es allí donde la recreación encuentra su razón de ser.

Si bien es cierto que algunos docentes emplean estrategias lúdicas para adelantar su labor académica, valdría la pena que precisáramos si su uso es meramente didáctico o pedagógico: EDUCACION RECREATIVA O RECREACION EDUCATIVA?

En la primera, la recreación es entendida como el recurso didáctico que posibilita la fijación de conceptos ya definidos, de manera entretenida; así, hablaremos de Matemática recreativa, Química recreativa, etc. En el segundo caso, entendemos que a partir del ejercicio lúdico se fomentan la construcción conceptual y de actitudes, la búsqueda del conocimiento, la creatividad y el desarrollo de valores. El medio es el mismo, pero se diferencian en cuanto a la finalidad. La primera hace énfasis en la enseñanza mientras que la segunda lo hace en el aprendizaje.

Cualquiera que sea la posición adoptada por el docente, de todas formas se asume que se trata de educar en el tiempo ocupado, en la escolaridad. ¿Qué sucede entonces con el tiempo libre en su concepción más plena, considerado como el espacio para la reflexión y el desarrollo intencional?

Retomando el concepto de Erich Fromm, la libertad existe en tanto contemple “libertad de...” y ‘libertad para...”, aspectos no inmanentes al individuo, sino que implican un proceso de aprendizaje y por tanto un agente que lo instrumente, que sugiera, que oriente, que motive los modos de liberar el tiempo “para...” (algo).

La Recreación, caracterizada como Educación en y del / para el tiempo libre intenta generar aprendizajes más que instrumentales y modificar al hombre y su modo de participar en la realidad; procura modificar conductas, hábitos, actitudes; así mismo, se da en un tiempo liberado de obligaciones exteriores, lo que la convierte en voluntaria u optativa; procura generar una necesidad de participación al profundizar en el trabajo grupal y la auto-gestión. En síntesis, pretende generar un individuo consciente y comprometido; actor y protagonista de su propio hacer, de su historia, lo que la diferencia propiamente de la escuela.

5. LA RECREACION COMO SATISFACTOR SINERGICO

Nacional e internacionalmente el ocio y la recreación están en un momento rico y dinámico de construcción; las condiciones y tendencias contemporáneas en lo político, lo ambiental, los desarrollos tecnológicos, la guerra, la xenofobia, en fin todos aquellos condicionantes al que el ser humano de hoy se enfrenta, y la oportunidad que da el hecho que tanto paradigmas estén en cuestionamiento, da opciones creativas y sustentadas para intentar acercarse a una respuesta que ayude a concretar la forma como el ocio y la recreación contribuyen al desarrollo humano.

En este sentido se asume el reto de aportar a la construcción de modelos desde la recreación pero recogiendo el conocimiento que aportan las diferentes disciplinas, y tomando una posición frente a él. En esta tarea se ha venido articulando en términos propositivos, y sometidos a discusión, el Modelo de Desarrollo a escala Humana Max Neef, Elialde y Hopenhayn[2].

Uno de los aspectos que más llama la atención de este modelo es, entre otras, que el mismo no pretende mostrar una verdad en relación con la propuesta de desarrollo que debe considerarse como verdad y condición para su aplicación; sino más bien desde la expectativa que ésta es una construcción a través de mecanismos de participación social, con los actores y sus comunidades en la perspectiva, antes que contraponerse al Estado, de hacer un esfuerzo político por trabajar con él.

Otro elemento de partida importante es que no supone una mirada epistemológica única a la cuestión del desarrollo humano; la propuesta surge desde la contextualización en un entorno específico latinoamericano, sus problemáticas y potencialidades. Esta visión amplia la mirada a los problemas, más aún que pretenden ir más allá del ejercicio académico.

La búsqueda que se hace en este análisis es si es posible articular el ocio y la recreación desde una perspectiva de desarrollo humano con este modelo e intentar identificar categorías concretas, que en relación con los beneficios de la recreación aporten elementos de decisión para las políticas, planes y programas del sector y para las decisiones individuales en relación con las opciones que cada sujeto asuma.

En primera instancia se retoman los conceptos básicos de los autores que sustentan el modelo, para entrar en el análisis de sus condiciones de posibilidad como referente para alcanzar respuestas, por lo menos parciales, desde el ocio y la recreación.

Una política de desarrollo orientada hacia la satisfacción de las necesidades humanas trasciende la racionalidad económica y compromete al ser humano integralmente. El Desarrollo a escala Humana se basa en tres supuestos principales:

a) el desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos; el objetivo es que permita elevar la calidad de vida de las personas, valorada ésta en términos de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales.

b) las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables.

c) las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los periodos históricos; lo que cambia a través del tiempo y las culturas, es la manera o medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.

Los satisfactores están culturalmente determinados; un satisfactor puede contribuir a la satisfacción de más de una necesidad simultáneamente o una necesidad podrá requerir más de un satisfactor. Además cada necesidad puede satisfacerse a diferentes y con distintas intensidades. Se satisfacen en tres contextos: en relación con uno mismo, con el grupo social y con el medio ambiente, elementos todos ellos que suenan familiares en relación con la forma como se construyen tanto los conceptos, como las prácticas de recreación actualmente.

Otro aspecto conceptual fundamental en la propuesta de Desarrollo a escala Humana, es el carácter de carencia y potencia dado a las necesidades. La bondad de este supuesto es que se supera la naturaleza puramente fisiológica de la necesidad en la medida que, como potencia, movilizan y motivan a las personas y también pueden llegar a ser recurso. Ello conduce a otro concepto: las necesidades no se satisfacen, se realizan, se vivencian de manera continua y renovada.

El modelo propone una interrelación entre necesidades, satisfactores y bienes económicos de forma permanente y dinámica; los bienes económicos tienen la capacidad de afectar la eficiencia de los satisfactores, y éstos son determinantes en la generación y creación de los medios.

Los satisfactores se desglosan a partir del cruce en la matriz de necesidades según categorías axiológicas de: susbsistencia, protección, afecto, entendimiento, etc., y según categorías existenciales de ser, tener, hacer y estar. Los satisfactores posibles pueden tener diferentes características entre los que los autores señalan:

a) Violadores o destructores: aunque pretendan satisfacer una necesidad eliminan esta posibilidad y no permiten la adecuada satisfacción de otras.

b) Pseudosatisfactores: estimulan una falsa sensación de satisfacción

c) Los inhibidores, que por la forma que satisfacen, imposibilitan la satisfacción de otras necesidades.

d) Singulares: aportan a la satisfacción de una sola necesidad.

e) Sinérgicos: se refiere a aquellos que por la forma en que satisfacen una necesidad determinada, estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea de otras necesidades.

Los satisfactores correspondientes a las primeras cuatro categorías son exógenos a la sociedad civil por ser habitualmente impuestos, inducidos, ritualizados o institucionalizados; se trata de satisfactores tradicionalmente impulsados de arriba hacia abajo. La última categoría, en cambio, supone la facilitación de procesos liberadores que son producto de acciones que impulsa la comunidad de abajo hacia arriba, lo que los hace contrahegemónicos aunque en ciertos casos pueden ser originados por procesos impulsados por el Estado.

La propuesta que aquí se hace es que la recreación puede un satisfactor sinérgico, sin desconocer la capacidad de otros múltiples y posibles satisfactores. El ocio y la recreación como propiciadores de condiciones para el desarrollo humano, que considera tanto al sujeto humano individual, como al entorno social, cultural, económico, entre otras, se vincula a los ámbitos de interacción de las personas, ámbitos que son donde se da la realidad del desarrollo humano.

Las situaciones cotidianas, los valores más superiores que cada ser individual se propone, sus proyectos de desarrollo, se dan en el ahí y el ahora y trascienden en la medida que se constituyan en significativos para el sujeto.

La insistencia de educar para el ocio y la recreación y su posicionamiento en la mente de las personas y las comunidades, tiene que ver con ello; no se puede asumir como una actividad aislada de unas horas los fines de semana, o unos minutos después del trabajo o la escuela; supone que el individuo y la sociedad lo asumen como “esencial” dentro de sus procesos de desarrollo.

Para aclarar esta postura se presentan dos vías: primero, cómo atraviesa la matriz de necesidades y satisfactores el ocio y la recreación y cómo en últimas se vincula con las dimensiones particulares de los sujetos y los beneficios de la recreación.

La recreación puede constituirse en un satisfactor que contribuye a que las personas, a diferentes niveles, intensidades y formas, puedan realizar necesidades humanas fundamentales. La programación en recreación sustentada en una metodología participativa y democrática, puede y debe generar procesos de empoderamiento y autodependencia local, impulsar procesos que hagan de la recreación un satisfactor endógeno, donde la comunidad tenga autonomía en el qué y cómo de los programas, lo que se logra bajo el supuesto de una planeación basada en la comunidad y el asociacionismo como se planteaba en la primera parte. Visión fundamental para ser considerada en la planeación de actividades y programas recreativos.

Las diferentes manifestaciones de la recreación pueden constituirse en satisfactores en relación con el individuo, el grupo social y el medio ambiente, y correlativamente pueden adquirir un carácter de singulares o sinérgicos. El propósito en todo caso es que los procesos que genere sean sinérgicos, es decir, que paralelo al desarrollo económico de las comunidades, los protagonistas de los programas sean partícipes del surgimiento mismo de tales procesos, que la realización de las necesidades sea el motor del desarrollo y estimule la solidaridad social y el crecimiento de las personas.

Cuadro 1: Matriz de necesidades y satisfactores desde la recreación

Necesida-des según categorías axiológi-cas

NECESIDADES SEGÚN CATEGORÍAS EXISTENCIALES

Ser
Tener

Hacer

Estar

Subsis-tencia

Salud mental, humor, flexibilidad, lúdica.

Amable, seguro, responsable, autosuficiente.

Actitudes positivas, autoestima,

Valores. Oportunidades de crecimiento económico, personal y social

Desarrollar talentos y competencias; actitudes para potenciar su capacidad económica como elemento complementario al tiempo ocupado.

Ambientes sociales y educativos flexibles, humanos, pedagógicos.

Protección

Fortaleza interna para afrontar las crisis constructivamente como individuo o comunidad.

Comunicativo, solidario, creativo.

Políticas en ocio y recreación orientadas al desarrollo humano –

Habilidades y actitudes para afrontar creativamente las crisis.

Estrategias lúdicas que convoquen a trabajar sobre los factores que violentan el tejido social, familiar y educativo.

Procesos de empoderamiento.

En un entorno cohesionado socialmente en estrecha relación con el hombre y el ambiente, y los amigos y personas importantes de su entorno.

Afecto

Imaginativo, creativo, autónomo y tolerante, sensible, afectivo, cariñoso, respetuoso, agradable, asertivo.

Capacidad de construir un proyecto vital vinculado a los otros (familia, comunidad, escuela), actitudes positivas, lazos afectivos fuertes y responsables; inteligencia emocional.

Programas, acciones y procesos que propicien la cohesión social basada en vínculos de amistad, conocimiento del otro, integración comunitaria, etc.; vínculos a través del arte y la cultura.

Espacios de encuentro íntimos y públicos, familiares y sociales consistentes y cohesionados por la familiaridad, la amistad, el compañerismo.

Entendi-miento

Lúdico, creativo, abierto a nuevas posibilidades de desarrollo personal; una relación lúdica con el conocimiento reflexivo frente a sus prácticas personales, profesionales, de ocio y recreación.

Capacidad de vincular espacio-tiempo y conocimiento en un contínuo de aprendizaje. Lo racional y lo subjetivo posibilita procesos de construcción en lo individual y lo colectivo.

Experiencias esencialmente lúdicas que propicien la producción de conocimiento colectivo e individual y el desarrollo de pensamiento crítico.

Ludotecas, rincones de experiencia, talleres, etc.; programas orientados por ejes temáticos, capacitación y entrenamiento. Escuelas de Formación, grupos juveniles, grupos intergeneracionales.

Entornos familiares, educativos y comunitarios donde el aprendizaje es el motor del desarrollo humano cotidiano. Organización de encuentros para el aprendizaje (centros de interés, talleres, encuentros juveniles e infantiles, jornadas culturales)

Participa-ción

Solidaridad, autonomía, socialización, creatividad, empatía y sensibilidad a las necesidades humanas. Democrático.

Capacidad de toma de decisiones – empoderado – conciente de la realidad

Proyectos y programas de recreación y animación sociocultural que tengan como eje metodológico la participación. (autogestión)

Las empresas públicas y privadas y la misma sociedad civil deben generar alternativas de desarrollo, organización y participación aprovechando el potencial lúdico del hombre colombiano. Proyectos de recreación basados en la comunidad.

Entornos locales organizados, solidarios. Proyectos comunitarios, programas del Estado, organizaciones comunitarias, casas de la cultura, etc.

Ocio

Significados del ocio y la recreación en el desarrollo individual y social. Apertura a opciones y prácticas autónomas y no alienadas.

Tiempos, espacios, programas recreativos, grupos comunitarios, grupos de referencia, familiares, educativos.

Estrategias basadas en la pedagogía lúdica y desarrollo de espacios formales e informales de carácter lúdico.

Espacios públicos y privados.

(Instituciones de educación, parques, trabajo). Eventos culturales comunitarios, eventos deportivos, ferias artesanales, etc.

Creación

Curiosidad y una relación dinámica con el conocimiento y el arte. Creativo, recursivo, propositivo y autónomo.

Capacidad para asumir propuestas novedosas y métodos para buscar nuevas formas de ser, tener, estar y hacer.

Oportunidades de creación e innovación en ambientes lúdicos y de encuentro con la naturaleza.

Estrategias basadas en el juego y la imaginación que generen espacios distensionados y propicios para la creatividad y la producción de conocimientos y métodos innovadores.

El trabajo, asociaciones juveniles, espacios informales de encuentro, ludotecas, talleres lúdicos.

Vacaciones creativas, fiestas de pueblo, jornadas culturales.

Identidad

Autoestima, respeto por la diferencia, crítica frente a lo novedoso y a los productos que ofrece la industria del entretenimiento; gustos, deseos, expectativas, sensibilidad.

Conocimiento de sí y reconocimiento de las debilidades y fallas propias.

Un sistema de creencias construido por las personas y los grupos a partir de la interlocución cotidiana. Reconocimiento por los valores de la cultura nacional, regional, local. Oportunidades de participar e incidir sobre la construcción de la propia cultura.

Procesos y programas que propicien la democracia cultural, la sensibilidad frente a los valores nacionales y capacidad para asumir críticamente los patrones y necesidades derivados de otras culturas.

Espacios propicios para el desarrollo humano, tanto para procesos de individuación como de identidad de grupos y comunidades

Indepen-dencia

Autonomía para la toma de decisiones en relación con el qué y el cómo de las actividades de ocio, tiempo libre y recreación.

Respeto por los derechos humanos fundamentales

Oportunidades de participación, libre elección, políticas de ocio basadas en principios de justicia como equidad.

Acceso equitativo a los servicios de recreación.

Hacer uso adecuado de espacios y recursos públicos.

Desarrollo comunitario y autodependencia local.

Una matriz como la anterior se considera posible desde una perspectiva de desarrollo humano, donde lo individual y lo social se conjugan en la experiencia, mediado por lo lúdico y lo pedagógico. Se parte de la capacidad del sector para contribuir al fortalecimiento de los espacios locales y a la construcción de una cultura que en sí misma fortalezca procesos de identidad individual, nacional, regional, local; una educación para el tiempo libre que forme para la crítica del consumo y que potencie las ventajas del desarrollo tecnológico, que facilite procesos de formación ciudadana y de sujetos políticos capaces de actuar autónoma y creativamente.

6. BENEFICIOS DE LA RECREACION

La categoría de beneficios que trabaja la Asociación Nacional de Parques y Recreación de los Estados Unidos[3] se da a tres niveles así:

1. Mejoramiento de una condición: El mejoramiento de una condición puede ocurrir para un individuo o un grupo tal como la familia, el grupo de trabajo, el vecindario o la sociedad, o de una entidad tal como el medio ambiente físico. Este tipo de beneficios se orienta a la salud, la cohesión grupal, el hacer de una comunidad un entorno más rico, la calidad del agua o del aire, hacia el incremento o mejora de un grupo de beneficiarios.

2. Prevención para que una condición empeore: Se relaciona con el intentar mantener una condición deseada como un medio de prevenir que las condiciones empeoren. Por ejemplo, mantener abierto un espacio cultural abierto para mantener la comunidad o región como un lugar adecuado o atractivo para los visitantes o para que el comercio se desarrolle, los programas de jornada complementaria para ofrecer alternativas de ocio para los jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, etc.

3. Realización de una experiencia psicológica: Se refiere a la categoría de beneficios donde los participantes seleccionan cierto tipo de alternativas de ocio con el propósito específico de realizar una experiencia psicológica particular. Por ejemplo para reducir el estrés, el disfrute estético y la autorealización.

Por otra parte, las categorías utilizadas en el movimiento de beneficios son:

Beneficios individuales: Se refiere a las oportunidades para vivir, aprender y llevar una vida satisfactoria y productiva así como para encontrar caminos para experimentar sus propósitos, placer, salud y bienestar. Entre los más específicos se encuentran: Una vida plena y sigfificativa, balance entre trabajo y juego, satisfacción con la vida, calidad de vida, desarrollo y crecimiento personal, autoestima y autoreciliencia, sentido de acompañamiento, creatividad y adaptabilidad, solución de problemas y toma de decisiones, salud y mantenimiento físico, bienestar psicológico, apreciación y satisfacción personal, sentido de aventura, etc.

Beneficios comunitarios: Se refiere a las oportunidades para vivir e interactuar con a familia, los grupos de trabajo, los vecindarios, las comunidades y el mundo. Ninguna persona es una isla, vivimos e interactuamos con otros, el ocio y la recreación, y parques juegan un rol integral en la provisión de oportunidades para estos tipos de interacciones. Beneficios más específicos incluyen: Comunidades vitales, fuertes e integradas, integración familiar, tolerancia y comprensión étnica y cultural, apoyo para los jóvenes, condiciones adecuadas para los adultos mayores, más autonomía y menos alienación, reducción de la delincuencia, comprensión y tolerancia entre otras.

Beneficios ambientales: Provee y preserva parques y espacios abiertos mejora la desirability de un área así como contribuye a la seguridad y salud de sus habitantes, beneficios más específicos incluyen: Salud y protección ambiental, neutraliza los efectos de las relocalizaciones, salud física y bienestar, reducción del estrés, recursos para la comunidad, incremento de los valores de la propiedad, limpieza del aire y del agua, protección del ecosistema.

Beneficios económicos: Los parques y la recreación son más que servicios que se venden, contribuyen al bienestar de los individuos para la continuidad y viabilidad de las comunidades y el mundo. Otros beneficios incluyen: estímulo económico, reduce los costos de salud, reduce el vandalismo y el crimen, cataliza el turismo, mantiene una fuerza de trabajo productivo.

Los beneficios de la recreación son muy amplios y abarcan las diferentes dimensiones del ser humano y las necesidades del Modelo a Escala Humana; la cuestión es cómo diseñar los programas de tal manera que se garanticen efectos sinérgicos. En el cuadro 2, se muestran algunos ejemplos:

Cuadro 2: Resultados basados en beneficios

RESULTADOS – BENEFICIOS PERSONALES

Beneficios

Sector de la recreación que lo propicia

Dimensión/Necesidad

La recreación ayuda a que la gente viva más.

Adiciona dos años a la expectativa de vida

Recreación física, deportes y gimnasia.

Físico- orgánica, supervivencia, protección,

salud mental.

La recreación prolonga una vida independiente en los adultos mayores, por reducción de la enfermedad y las incapacidades típicamente asociadas al envejecimiento ayudándolos a recuperar la vitalidad e involucrándolos en la vida en comunidad

Recreación comunitaria, deportiva, terapéutica, sistemas de vías en parques.

Salud, participación, dimensión política y económica

La recreación reduce significativamente el riesgo de enfermedades y ataques del corazón.

Recreación física, recreación terapéutica, gimnasia, deportes, vías en parques

Físico-orgánica, protección.

La Recreación produce líderes que

servirán a sus comunidades de diferentes maneras y fomenta la participación y el desarrollo comunitario.

Recreación comunitaria, deportiva, artística, ambiental.

Entendimiento, participación, desarrollo económico. Necesidad cognitiva, creativa, comunicativa

La recreación fortalece y contribuye al mejoramiento de la calidad de la educación y al cumplimiento de su misión de brindar una formación integral.

Recreación comunitaria, pedagógica, ambiental, artística y cultural.

Educación, salud, justicia, desarrollo económico y social

A modo de ejemplo, en el cuadro precedente se muestra un ejercicio de cómo la recreación se puede constituir en un satisfactor de múltiples necesidades y, de manera sinérgica, en motor del desarrollo humano.

Si se analizan los diferentes casilleros de la matriz, se puede observar cómo la recreación está en capacidad de generar procesos individuales y comunitarios que en sí mismos son sinérgicos. En este sentido la “vivencia”, no se reduce a la experiencia y el encuentro del individuo consigo mismo o al “estado psicológico o emocional” que se da en ese encuentro, sino que trasciende como experiencia social. Así, la vivencia debe ser un evento planeado y sustentado pedagógicamente, estructurado metodológicamente y con unos principios mínimos que garanticen la vivencia de la recreación como un proceso sinérgico, es decir, que genere impacto sobre los procesos de desarrollo comunitario globalmente.

Para tratar de analizar la recreación en sus manifestaciones específicas como un satisfactor sinérgico, se toma como ejemplo la sectorización de la recreación en ambiental, comunitaria, cultural y artística, deportiva, laboral, pedagógica, terapéutica y turística (Enciso y Rico, 1988). Como se puede observar en el cuadro 3; aunque cada una de ellas atienda a una necesidad específica, moviliza la satisfacción de otras de manera simultánea.

Cuadro 3: Las aplicaciones sectoriales de la recreación como satisfactor sinérgico

SATISFACTOR

NECESIDADES

BENEFICIOS

NECESIDADES CUYA SATISFACCIÓN ESTIMULA

Recreación ambiental. Ej: Jornadas pedagógico ambientales

Entendimiento

Subsistencia, protección, ocio, libertad

Recreación comunitaria. Ej: Festivales de pueblo, comparsas

Participación

Ocio, creación, identidad, entendiemiento, afecto

Recreación cultural y artística. Ej: Programas de Prevención de consumo de sustancias psicoactivas basadas en la producción cultural y artística

Protección

Subsistencia, ocio, entendimiento, participación, identidad, libertad.

Recreación deportiva. Ej: Eventos deportivos barriales

Participación

Subsistencia, protección, ocio, identidad, creación, afecto.

Recreación laboral. Ej.: Eventos institucionales

Ocio

Identidad, participación, afecto.

Recreación pedagógica Ej: Enseñanza de conocimiento a través de la lúdica

Entendimiento

Creación

Recreación terapéutica. Ej.: Programas lúdicos para personas con discapacidad

Ocio

Entendimiento, subsistencia.

Recreación turística. Ej.: Ecoturismo

Ocio

Entendimiento, identidad, libertad.

En la mayoría de los ejemplos expuestos el satisfactor puede ser exógeno o endógeno, dependiendo principalmente de los niveles de organización que haya alcanzado la comunidad y la autodependencia para contar con los recursos para generar los procesos señalados.

7. PEDAGOGIA DEL OCIO §

Históricamente, el concepto de la recreación ha pasado por muchos estados no necesariamente asociados a desarrollos académicos y científicos juiciosos que se han dado alrededor del mismo. La revisión de la literatura es consistente en mostrar que el ocio y la recreación son actividades humanas, y en su sentido más esencial, son democráticas y libertarias.

Sin embargo, la aplicación práctica de los conceptos ha conducido a tergiversaciones provenientes del recreacionismo, la industria del entretenimiento y hegemonías culturales que presionan por una validación no ajustada a lo que ha sido su devenir teórico y metodológico y las especificidades regionales y culturales que demandan la calidad de la vivencia.

De acuerdo con el artículo 5º. de la Ley del Deporte, la recreación se define como:

“... un proceso de acción participativa y dinámica que facilita entender la vida como una vivencia de disfrute, creación y libertad, en el pleno desarrollo de las potencialidades del ser humano para su realización y mejoramiento de la calidad de vida individual y social, mediante la práctica de actividades físicas, intelectuales o de esparcimiento”

El análisis de esta definición en sus componentes esenciales no es cuestionable por varias razones: a) el hecho de asumirse como un proceso de acción participativa implica que se debe formar al individuo con la autonomía y criterio para decidir el qué, el cómo y para qué de la actividad; b) el no inscribirlo como una actividad exclusiva del tiempo libre, sino como “una forma de entender la vida como vivencia de disfrute, creación y libertad, la potencia como un satisfactor en todos los ámbitos de interacción del hombre y no exclusivo de las actividades de ocio; c) el plantearse como un medio para el mejoramiento de la calidad de vida, lo inscribe en la categoría de un servicio esencial para el hombre, puesto que el concepto de calidad abarca todas las áreas de ajuste del hombre, psicológico individual, social, familiar, político y, para nuestro caso, educativo.

Un aspecto de la definición que limita el alcance de la misma es enmarcarla sólo dentro de las actividades físicas, intelectuales o de esparcimiento, lo que nominalmente tendría impacto sobre la recreación principalmente como estrategias de formación para la vida en y para el tiempo, en y para todas las actividades humanas.

El concepto moderno de la recreación lo define con un sentido más social, en la medida que tiene impacto no únicamente sobre el desarrollo de la personalidad individual sino que busca que este desarrollo trascienda al ámbito local y propicie dinámicas de mejoramiento y autodependencia de las comunidades, a partir de unos indicadores y beneficios que deben ser garantizados en la calidad de la vivencia, la cual debe respetar su dimensión humana esencial: la lúdica, las actitudes y la libertad de elección por parte de quien se re-crea.

Cada de una de las definiciones que consideran como elemento relevante cualquiera de estas variables, en sí mismas son diversas. Por ejemplo, si se trata del factor tiempo, hay quienes consideran que el ocio es aquél que está ocupado en no trabajar - trabajo remunerado - otros suman el tiempo de trabajo, el que se dedica a las tareas y obligaciones familiares y personales y quienes además le adicionan el tiempo dedicado a las obligaciones espirituales y políticas, dejando como ocio el tiempo libre en el sentido de no ocupado por ninguna imposición sea del tipo que sea (Puig y Trilla, 1996).

Otras definiciones opuestas o complementarias a las anteriores definen el ocio por la actitud de quien lo vive, se considera un logro fundamentalmente personal que se alcanza como resultado de la expresión libre, creativa y satisfactoria del sujeto.

Otros autores se refieren al ocio en términos de las actividades, donde se encuentran dos posiciones: las definiciones relacionadas directa y específicamente con el ocio y la de quienes plantean que el ocio está en cualquier actividad, incluso el trabajo, dependiendo de la actitud con la que el individuo lo asuma.

Una definición que integra estos tres elementos, aunque mantiene la clasificación de tiempo por su contenido, es la de Dumazedier quien afirma: “el ocio es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse de manera completamente voluntaria, sea para descansar, sea para divertirse, sea para desarrollar su información o formación desinteresada, su participación social voluntaria tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales”

Por otra parte la recreación se ha definido como un juego con reglas relativas que normalmente involucra actividad física y que proporciona descanso o re-creación, no únicamente para el trabajo sino también en otras actividades sociales. La recreación es vista como una manifestación del hombre del juego, la creatividad y la auto-expresión. La recreación no necesariamente involucra competencia, es más orientado individualmente, más espontáneo y menos regido por reglas. La Recreación es un concepto muy democrático - es para cualquier persona - (Fuente Internet)

Genéricamente, la definición de recreación y ocio se ubica en cinco grandes áreas: la humanística (que lo define en términos de emociones), la terapéutica (lo ve como un producto esencial), la cuantitativa (que lo ve como el tiempo segmentado), la sociológica (como la interrelación entre sociedad y ocio) y la de los autoexpresionistas (como un medio de expresión y afianzamiento de la identidad de los participantes).

De las diferentes posiciones se deriva filosóficamente una forma de asumir el ocio y la recreación. Sin embargo, bien sea que se tome como actividad, experiencia, educación, es indudable la importancia que el ocio y la recreación han tomado en la vida del hombre y por ende la preocupación que existe acerca del qué y el cómo construir una cultura del ocio y el tiempo libre que sea realmente constructiva y que se operacionalice en ofertas concretas en el espacio local.

En Colombia, aún es un campo incipiente desde cualquier ámbito que se le mire: investigación, vivencia, formación o gestión, a diferencia de Estados Unidos, Europa, Canadá, entre otros, donde el desarrollo académico, científico, y la oferta de programas y espacios de ocio y tiempo libre se han posicionado ya como un sector de primera importancia para el desarrollo de sus sociedades.

A la pedagogía del ocio se le atribuye la doble misión de educar en el tiempo libre y la de educar para el tiempo libre. Con relación a lo primero, el tiempo libre sería considerado sólo como el ámbito temporal en el que se materializa algún tipo de educación, que puede ser una actividad propia del ocio encaminada a formar a la persona para que éste sea más enriquecedor o dirigida a algún objetivo formativo o de aprendizaje alejado del tiempo libre, es decir educar en el tiempo libre significa aprovechar este tiempo como marco de alguna actividad educativa sea la que sea.

Educar para el tiempo libre se refiere a que ese tiempo se convierte en el objetivo de la intervención pedagógica. Se pretende preparar, formar a la persona para que viva su tiempo disponible - libre o fuera de él - de la mejor manera.

Educar en y para el tiempo libre se confunden en muchos casos debido a que desde las dos aproximaciones la acción educativa está mediatizada por el ocio, es decir por las variables que la definen en términos principalmente de la actitud como el individuo la asume y de manera secundaria por el contenido de las actividades. No se incluye la variable tiempo en la medida que se consideraría también su realización en el tiempo ocupado, como es por ejemplo, el horario académico de los niños.

Como se anotó, un elemento esencial es el juego; se educa para y en el tiempo libre mediante la vivencia del ocio mismo, es decir, son inseparables los procesos de aprendizaje y de la práctica concreta de los contenidos que hay que aprender. Como anotan Puig y Trilla (1996), “… la pedagogía del ocio ha de contribuir a la creación de esta rica, creativa y personal vivencia respetando siempre, además, la autonomía esencial del tiempo libre”.

Actualmente la producción en serie de bienes de consumo ha impuesto un estilo individual del mismo y las actividades de ocio han seguido esta tendencia general, por lo que suelen tener poco de colectivas; aún la familia ha perdido poco a poco su función de sociabilidad. El estilo de vida urbano industrial la ha reducido a su dimensión nuclear donde solo conviven dos generaciones (padres e hijos), la disminución de la fecundidad y el desplazamiento de la mujer al trabajo entre otras, la han debilitado y sigue en decremento el papel privilegiado de sociabilidad durante el tiempo libre, sin embargo continuará teniendo un significado importante para la vida del hombre.

De otro lado, las actividades de ocio propician y facilitan la cohesión social mediante el asociacionismo, la construcción de comunidad, y un espacio físico y temporal para el encuentro, para la renovación de lazos y el encuentro con otros.

Como toda actividad social, el ocio tiene una faceta simbólica - sin entrar en la interpretación que asume lo simbólico del ocio como un símbolo de clase más que de placer-, se rescata el valor del mismo como un signo de afirmación personal, da la posibilidad de emanciparse de las divisiones sociales, de romper con el conformismo del propio medio social para facilitar una expresión más íntegra de la propia personalidad, deseos y gustos.

En cuanto a la función terapéutica del ocio, se consideran las funciones esenciales de descanso y diversión las cuales coadyuvan a mantener la salud. En este caso el tipo de actividades que se realicen contribuyen de una u otra manera (psicológica o físicamente) a mantener un estado de bienestar; el ejemplo más claro, los beneficios de la actividad física.

Por último y por la vinculación estrecha entre las actividades del ocio y la industria del entretenimiento, es obvio que el esparcimiento ha entrado a ser un rubro importante de la economía. Influye sobre las telecomunicaciones, el transporte, el desarrollo turístico. Sin embargo el ocio moderno no siempre está sometido al principio de consumo, sólo tiene funciones positivas con respecto al sistema económico; el ocio supone tiempo libre pero la extensión de las actividades de esparcimiento exige todavía más tiempo libre, de ahí las fuertes presiones para aumentarlo.

Si se ha de cumplir con estas funciones, convendría retomar algunos principios que Puig y Trillas (1996) proponen y que vale la pena retomar en la medida que enuncian prácticas de la recreación que contribuyen a reafirmar su concepción y vivencia:

· No parcelar el tiempo: Un programa pedagógico en torno al ocio ha de inscribirse en un programa más general que procure detener la polarización entre el tiempo libre y las otras esferas de la vida individual y social. La extensión del tiempo libre no debe ir en detrimento cualitativo de los otros tiempos. Por lo tanto se ha de incrementar en lo posible el nivel de satisfacción personal que en sí misma sea capaz de generar la actividad escolar y las que en general estén orientadas a la satisfacción de necesidades humanas fundamentales. Rescatar lo lúdico y placentero de lo cotidiano, de las no tan pequeñas actividades que permiten al hombre tener un proceso de vida mejor.

· Liberar el tiempo de ocio para el tiempo formativo: Se refiere a la necesidad de optimizar el tiempo disponible, de romper también con la visión de asumir las actividades de ocio y recreativas como “no serias” y las del trabajo y escuela como “serias”. Implica además el formar de manera crítica frente a las oportunidades de ocio que ofrece el contexto. El consumir de manera pasiva los productos que ofrece la industria del entretenimiento o los programas y actividades que son un fin en sí mismo sin rescatar su valor libertario, autónomo y creativo es esclavizarse de estereotipos y por ende esclavizar el tiempo libre. (Los medios de comunicación y en especial la televisión, principal distracción de nuestros días, puede ser aprovechada adecuadamente para fomentar el espíritu crítico y creativo, como lo demuestran recientes experiencias pedagógicas).

· Participación del conjunto de instituciones formativas: La pedagogía del ocio no acaba en la intervención directa que sobre el tiempo libre desarrollan las instituciones y profesiones creadas expresamente para este fin. Contribuir a la formación de las personas para conseguir un mejor ocio, es una tarea del conjunto de instituciones educativas - escuela, familia, medios de comunicación, etc.- La orientación del contenido del tiempo libre es condicionada por las vivencias, valores, hábitos, destrezas y recursos que la familia y la escuela han generado.

· No aburrir: Uno de los rasgos esenciales de la actividad del ocio es el placer que produce el hecho mismo de realizarla, independientemente de la satisfacción que generan los efectos que en cada caso persigan. La manera de hacer, independientemente de las restricciones que se tengan, debe ser placentera y procurar fundamentalmente satisfacción, alegría y diversión, es decir, debe rescatar la capacidad lúdica del hombre. Por ejemplo, los colombianos en su mayoría son lúdicos en esencia, imaginativos, creativos para la fiesta y el juego y creativos también para sobrevivir en y a pesar de las peores circunstancias, capacidad lúdica que puede ser canalizada de manera enriquecedora para ellos mismos y la sociedad.

· Respetar la autonomía en el qué y en el cómo: El objetivo primario de la pedagogía del ocio no es solo la de distraer y divertir, se trata también de que el individuo aprenda a divertirse mejor. Uno de los valores formativos más importantes del ocio es la autonomía de la persona en la decisión de la actividad y en el proceso de su ejecución. El ocio no debe ser algo a consumir sino a crear, y la educación para el tiempo libre ha de dirigirse a fomentar y no a suplir la capacidad de hacerlo.

· Hacer compatible diversión, creación y aprendizaje: Uno de los objetivos de la pedagogía del ocio –y que debe ser compartido por la pedagogía en general- es la de mostrar la viabilidad de un tipo de actividad no compulsiva, generada y planificada responsablemente por el propio ejecutante, en la que se conjuguen aprendizaje, creación, diversión, participación colectiva y el cultivo de la propia individualidad. El tiempo libre es quizá el ámbito más adecuado para generar actividades que puedan cumplir simultáneamente tales objetivos y que permitan construir modelos de trabajo extrapolables a otros ámbitos que rompan con las creencias que relacionan las actividades laborales y escolares con el aburrimiento y desvinculadas de los intereses personales. Así mismo ha de promover en las personas la posibilidad de creación individual y colectiva, de alternativas que neutralicen la rutina del tiempo, para en últimas procurar la realización imaginativa o la acción creadora.

· Hacer compatibles el ocio individual y el ocio compartido: La intervención educativa sobre el tiempo libre debe potenciar el ejercicio positivo del ocio individual y del ocio compartido. Por una parte, formar para el encuentro consigo mismo, la contemplación y la reflexión o el desarrollo de actividades como la lectura y la meditación; por otra debe posibilitar espacios para el juego colectivo, la tertulia, la relación socializadora y la valoración de la amistad, entre otras.

La observación de estos principios en el terreno del trabajo de campo, lograr que la recreación y el ocio cumplan los objetivos que los diferentes autores proponen y que además sea coherente con las definiciones que lo respaldan, no es una tarea fácil. Exige maestros, animadores y recreadores preparados para ello, formados en la lúdica y el juego y con las aptitudes y actitudes personales para operacionalizar estos presupuestos.

Es un reto y un desafío porque necesariamente exige superar la mirada microinstitucional y vertical a los programas de recreación, e igualmente requiere un estudio juicioso y serio de sus fundamentos y la construcción de un marco argumentativo que promueva un cambio en la comunidades, los individuos y la sociedad respecto a las creencias erróneas y aún vigentes sobre lo que es y no es la recreación.

8. EL TALLER CREATIVO RECREATIVO

Dentro de las actividades y técnicas propias de la animación sociocultural que pretenden desatar un proceso de participación, de expresión y de creatividad y favorecen la adquisición de conocimientos y el desarrollo del uso crítico e ilustrado de la razón, encontramos el taller, el cual se constituye en un soporte de singular importancia dentro de la pedagogía lúdica.

El taller está concebido como una técnica grupal consistente en reuniones de estudio y trabajo práctico de personas que tienen una problemática común. Su finalidad es partir de información e instrucción para identificar, analizar y resolver problemas. [4]

El taller recreativo, más que una actividad, será un espacio lúdico y una oportunidad para que quien la adelanta amplíe sus conocimientos sobre un tema de manera placentera, encuentre elementos para ampliar su capacidad de relación, desarrolle aptitudes y potenciales de sí mismo y amplíe su capacidad de expresión a través de un proceso que le lleva a una creación, producto de su esfuerzo y trabajo, enriqueciendo su proceso de humanización.

Por medio de la vivencia de la actividad adelantada, el participante rescata para sí su capacidad creativa, enajenada la mayoría de las veces por los mitos de la especialización, como por un sistema educativo que hace más énfasis en la importancia del producto frente a la importancia del proceso creativo que potencializa las aptitudes y capacidades de la persona.

De cada taller debe surgir un producto específico que resulta de la capacidad analítico-creadora de los participantes y una relación clara entre la teoría y su aplicación a la solución de problemas concretos. El resultado de un taller no es necesariamente un producto material; puede ser de planeamiento, de aclaración conceptual sobre un tema, de generación de herramientas para un trabajo posterior, etc.

El trabajo en taller se propone como una estrategia que pretende superar el verbalismo cientifista de otras metodologías; se debe complementar con otras actividades como conferencias, actividades extra-clase, consulta bibliográfica, lo que posibilita ampliar el rango de las alternativas de aprendizaje.

Enciso y Rico (1.988) mencionan como principios orientadores del trabajo educativo en taller los siguientes:

· Estímulo a la vivencia. El taller debe propiciar, en todos los niveles de la labor educativa, el estímulo a vivenciar los procesos, desarrollar la creatividad y promover el interés por la cultura y los aspectos científicos y técnicos.

· Debe ser orientado. Si bien a través de esta técnica se pretende fomentar la participación individual y creadora de cada miembro del grupo; para lograr tal objetivo es necesario que el docente oriente las actividades y el proceso y además promueva la claridad y concepción tanto de los conceptos como de los métodos y técnicas empleados.

· Uso de la técnica de aprender-haciendo. En el taller los conocimientos adquiridos son fruto de la actividad personal a través de una práctica concreta. Lo que se escucha o se ve se olvida mas fácilmente que aquello que se ha realizado prácticamente.

· Unificación de la teoría y la práctica. En el proceso de aprendizaje a través de talleres, tanto la teoría como la práctica son dos instancias que se complementan. La una sin la otra carece de sentido; por tal razón, este método, si bien privilegia la práctica dando especial énfasis al “hacer”, ha de buscar a partir de allí referenciarlo con el componente teórico que le da sustento.

· Aprender a aprender. Igualmente el taller busca que el participante, a través de la vivencia de los procesos que se dan en su práctica, asuma los conocimientos no como algo acabado sino como un elemento en continua transformación y que hay que seguir procesando y mejorando. Con ello se pretende que cada participante amplíe sus conocimientos y los recree con el acompañamiento del orientador.

· Recuperar la realidad. En el taller, los participantes parten de su propia experiencia con respecto al conocimiento del tema a tratar; el orientador debe rescatar y promover la utilización de los saberes individuales y del colectivo incorporándolos al proceso que está desarrollando.

8.1. METODOLOGÍA DEL TALLER

El desarrollo de las aptitudes y potencialidades del individuo y de las habilidades comunicativas tiene mayor impacto si se enfoca desde la metodología del taller, orientando y estimulando debidamente su capacidad creadora; éste podrá asumirse ejercitando alguna de las posibilidades propuestas como orientaciones para el desempeño del recreador: deductiva, inductiva o casuística

· Deductiva: Mediante una corta presentación teórica del tema o de la problemática a tratar, los participantes recolectan e intercambian información, la analizan y plantean conclusiones o alternativas de solución.

· Inductiva: Sobre el tema a tratar, los participantes presentan ejemplos, datos o aspectos específicos del mismo. Con base en la información obtenida, se hace el análisis que conduzca al planteamiento teórico final, sobre el que se puede llegar a la búsqueda de conclusiones y soluciones.

· Casuística. A partir del análisis de casos se busca llegar a formulaciones teóricas y soluciones prácticas al problema general presentado.

Como ya se anotó, la metodología a aplicar dependerá de la habilidad del orientador para seleccionar la más conveniente, según cada caso, aunque lo esencial del trabajo del taller estará dado por el nivel de participación de los integrantes. Se debe tener, igualmente, especial claridad en los criterios de selección y aplicación de las actividades, procurando mantener la dinámica, motivando contínuamente a sus pupilos hacia la tarea, dando cabida a las sugerencias de los participantes y evitando caer en la rutinización del proceso.

Tanto al inicio como al final de cada sesión se recomienda hacer dinámicas grupales de reconocimiento y afianzamiento, tales como juegos de presentación, de integración, de animación, de coordinación, penitencias, dinámicas de aplauso, y otros, que además de divertir procuran la agilidad mental, el fortalecimiento de habilidades, la identificación cultural, el reconocimiento del grupo, el auto-dominio y la confianza.

A continuación relacionamos algunas sugerencias útiles para el diseño de talleres creativos recreativos:

· Determinar claramente los objetivos que se pretenden conseguir, pues serán el punto de referencia permanente.

· Determinar primeramente el tema a desarrollar y con base en él, diseñar el programa y seleccionar las actividades y métodos a emplear.

· Programar debidamente el tiempo disponible de tal manera que sea suficiente para desarrollar el programa, teniendo en cuenta que lo más importante no es que se hagan “todas” las actividades, sino que se alcancen los objetivos previstos.

· Preparar oportunamente el escenario y los materiales y elementos necesarios para desarrollar el tema.

· Se debe programar el taller con suficiente anticipación teniendo en cuenta las características y necesidades del auditorio.

· Fomentar el interés por la participación permanente evitando la realización de sesiones demasiado largas que se tornan tediosas y agotadoras.

· Dar a conocer las instrucciones necesarias en forma clara y oportuna con el fin de enterar a los participantes sobre lo que se va a hacer y sobre las normas que se deben conservar.

· Diseñar el programa con diversidad suficiente para que sea ameno y posibilite el desarrollo de las diferentes dimensiones de los participantes.

· Utilizar en su realización materiales y elementos de fácil consecución y con los cuales el participante tenga familiaridad.

8.2. ACTIVIDADES

El empleo adecuado de las actividades recreativas como “instrumento” en el taller, permite hacer placentero el proceso - de eso se trata- y contribuye positivamente al logro de los objetivos propuestos, a la vez que aporta elementos esenciales para el desarrollo del individuo a través de la vivencia.

Para que la actividad recreativa produzca el efecto esperado es necesario que se maneje en forma equilibrada de acuerdo con los intereses y características del grupo y que responda a la intencionalidad del orientador y a los fines previstos. A continuación presentamos la tipología de las mismas, consignada en el documento de referencia:

· Lúdicas: Orientadas a facilitar que el participante se relacione consigo mismo, con los otros participantes y con los objetivos, métodos y tareas de la actividad (juegos de presentación, de integración, penitencias, juegos de mesa, etc.). Igualmente le permitirán asumir la recreación como elemento básico de su vida y crecimiento personal.

· Manuales y artesanales: Contribuyen a incrementar el desarrollo motriz, el conocimiento y manejo del cuerpo, a fomentar la capacidad creadora y a ampliar las posibilidades de expresión a través de materiales. Fortalecen la creatividad, la autoafirmación y la exploración y desarrollo de aptitudes, habilidades y destrezas (actividades de expresión plástica y con materiales de desecho).

· Culturales: Se orientan a fortalecer el desarrollo de la dimensión intelectual del participante. A través de la exploración de la propia cultura y de la de los otros, podrá ampliar la concepción del mundo y asumir a los demás en su diferencia con mayor seguridad y facilidad. Son un amplio espacio lúdico donde se disfruta de una relación armoniosa con sus similares a la vez que se identifica con sus raíces culturales (centro literario, jornada cultural).

· Deportivas: Además de ser una oportunidad para el desarrollo de la dimensión física, fomentan el sentido de pertenencia, el desempeño en equipo, la capacidad de relacionarse, la valoración de la cooperación, el respeto a las normas, la solidaridad y el liderazgo (sugerimos en este caso los juegos pre-deportivos donde el interés por compartir debe desplazar al de competir).

· Sociales: Encausadas al fomento de las dimensiones sociales y síquicas de la persona, posibilitan la expansión y el fortalecimiento de las relaciones y la valoración de los otros, fundamentadas en el respeto y la aceptación. Son oportunidades claras para estrechar los lazos de amistad y compañerismo y por lo tanto dar cohesión al grupo (celebraciones).

· Ecológicas: Dirigidas a vigorizar las relaciones de las personas con el entorno natural; son una invaluable oportunidad de re-encontrar su afinidad con la naturaleza y ampliar su sentido de trascendencia y responsabilidad en la conservación del ambiente (salidas de campo, caminatas, campismo).

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